miércoles, 7 de noviembre de 2012

Drogodependencia


Aunque alrededor de la mitad de todos los pacientes con esquizofrenia abusan de drogas, como el licor, ha sido difícil de demostrar una clara relación de causalidad entre el consumo de drogas y la esquizofrenia. Las dos explicaciones más apeladas para esta causalidad son que el uso de sustancias provoca esquizofrenia o que el uso de sustancias es una consecuencia de la esquizofrenia, y es posible que ambas sean correctas. Un meta-análisis del 2007 calcula que el consumo de cannabis está estadísticamente asociado con un aumento dosis-dependiente del riesgo de desarrollo de trastornos psicóticos, incluyendo la esquizofrenia. Hay poca evidencia para sugerir que otras drogas como el alcohol causen la psicosis, o que los individuos psicóticos eligen fármacos específicos para su automedicación; existe cierto apoyo a la teoría de que se usan las drogas para hacer frente a los estados desagradables como la depresión, la ansiedad, el aburrimiento y la soledad.

La adicción alcohólica comórbida con esquizofrenia en hombres y mujeres se relaciona con un mal cumplimento del tratamiento psicofarmacológico y con tasas más altas de hospitalización, comparada con esquizofrenia sola y puede tener un curso extraordinariamente desfavorable debido al hecho de que la adicción alcohólica lleva a una reducción de las funciones sociales y cognitivas.



Factores prenatales


Algunos estudios han obtenido evidencia de que en ocasiones la esquizofrenia puede ser ocasionada por factores no genéticos. En los casos que no exista un desorden esquizofrénico en la historia familiar de una persona esquizofrénica, es muy probable encontrar una historia de complicaciones en o alrededor del momento del nacimiento, tales como infecciones por virus influenza durante el primer trimestre del embarazo, desnutrición materna, o asfixia perinatal, teniendo como resultado mayor probabilidad de presentar los síntomas de esa enfermedad.
Se cree que algunos factores causales se reúnen a principios del desarrollo neurológico del individuo aumentando su riesgo de desarrollar esquizofrenia después del nacimiento. Un hallazgo curioso es que las personas diagnosticadas con esquizofrenia tienen más probabilidades de haber nacido en primavera o invierno, al menos en el hemisferio norte. Existen ahora pruebas de que la exposición prenatal a ciertas infecciones aumenta el riesgo de desarrollar esquizofrenia más tarde en la vida, proporcionando más evidencia de un vínculo entre ciertas patologías del desarrollo intrauterino y el riesgo de desarrollar la enfermedad.
Otro factor muy investigado es la posibilidad de una migración neuronal anormal durante el neurodesarrollo resultante en un defecto estructural que ocurre temprano en la vida y produce deficiencias que, junto con precipitantes ambientales, por ejemplo, el estrés, llevan a síntomas esquizofrénicos en la adolescencia y la edad adulta.

Hipótesis multifactoriales


Algunos autores consideran a la esquizofrenia como «psicosis endógena», y a veces se la agrupa junto a la psicosis maníaco depresivo, también considerada «endógena». El término endógeno derivó de la idea de «degeneración» como «desviación malsana de un individuo», surgida en el siglo XIX, asociándola fuertemente a la idea de predisposición hereditaria degenerada. Posteriormente lo «endógeno» fue modificándose hacia la idea de disposición, más que «degeneración», y luego designó simplemente un origen desconocido, una psicosis sin base somática conocida, aunque se deja entrever que probablemente la tenga. Aunque es un desafío delimitar bien el trastorno —dado que muchas otras patologías pueden presentar síntomas similares a la esquizofrenia, entre ellas el trastorno afectivo bipolar, la depresión, y otros síndromes delirantes—, hay evidencia suficiente que sugiere que en la esquizofrenia existe una vulnerabilidad genética sobre la que actúan estresores ambientales para, finalmente, desencadenar la condición. La idea de una vulnerabilidad intrínseca, denominada diátesis, presente en algunas personas, puede conllevar a un deterioro psicótico por intermedio de estresores biológicos, psicológicos o medio-ambientales, una teoría integradora conocida como el «modelo de diátesis-estrés». La evidencia sugiere que aunque la esquizofrenia tiene un importante componente hereditario, el inicio del cuadro está significativamente influenciado por factores ambientales o de estrés. La idea de que los factores biológicos, psicológicos y sociales son todos importantes, se conoce como el «modelo biopsicosocial».
Sin embargo, el peso relativo de cada uno de estos factores está lejos de ser precisado y es objeto de continuos debates. La esquizofrenia probablemente derive de un tipo de herencia bastante complejo. Varios genes que se han propuesto como candidatos probablemente interactúen entre sí, originando la vulnerabilidad para el trastorno, o posiblemente estén en la base de algunos de sus elementos que en conjunto permiten el diagnóstico.

Aspectos socioculturales


Un hallazgo estable y reproducible demostró una asociación entre vivir en un medio ambiente urbano y el diagnóstico de esquizofrenia, incluso después de controlar factores de sesgo estadístico tales como el uso de drogas, el grupo étnico y el tamaño del grupo social.

En los países desarrollados los pacientes con esquizofrenia suelen tener niveles socioeconómicos bajos. Igualmente suele pronosticarse la mala adaptación social a largo plazo en aquellos pacientes que perciben que su red social se está desintegrando, sea cierto o no.

Factores demográficos,Género y Edad



·   Factores demográficos: No hay una demostración clara de la influencia del sexo o de la raza en la incidencia de la enfermedad, mientras que el clima, la cultura o la clase social pueden influenciar la aparición de esquizofrenia en sujetos genéticamente susceptibles.
·   Género: La esquizofrenia se produce por igual en hombres y mujeres. No obstante, existen evidencias de que el pronóstico es mejor en mujeres, relacionándose este dato con una tendencia a un inicio más tardío en ese sexo, probablemente por el efecto antidopaminérgico del estrógeno. Generalmente aparece antes en los hombres: el pico de aparición son las edades 20-28 años para los hombres y 26-32 años para las mujeres. Las mujeres también suelen tener mejor respuesta a los tratamientos.
·   Edad: Los niños mayores de cinco años pueden desarrollar esquizofrenia, pero es muy raro que esta enfermedad se presente antes de la adolescencia, como lo es también su inicio en la tercera edad. Algunos niños que desarrollan esquizofrenia tienen peculiaridades de la personalidad o del comportamiento que preceden a la enfermedad. Los síntomas comunes en los adultos, las alucinaciones y los delirios, son extremamente raros antes de la pubertad.

Antecedentes familiares


La prevalencia de la esquizofrenia se incrementa al 10% en los parientes de primer grado de sujetos con esquizofrenia, índice aún más alto en familias con varios miembros que presentan la enfermedad. La incidencia de la esquizofrenia aumenta cuando la consanguinidad es más estrecha; cuando la similitud genética es del 50%, la incidencia oscila entre 8% y 14%; pero cuando la similitud es mayor, la incidencia se eleva hasta alcanzar entre 39% y 47%. Hay evidencia de que la heredabilidad de la esquizofrenia está por aproximadamente el 80%.Un equipo del Instituto Salk de Estudios Biológicos (La Jolla, California) ha logrado, gracias a la reprogramación celular, estar un paso más cerca de comprender la biología que se esconde tras esta enfermedad. Y ha constatado que, sin duda, la esquizofrenia es "un trastorno genético".
Según explica Fred H. Gage, coordinador del trabajo, "hemos convertido por primera vez células de la piel de pacientes esquizofrénicos en neuronas, un modelo que nos ha permitido observar que existe un déficit en la forma en que las neuronas de los afectados se conectan entre sí y también nos ha revelado nuevos genes implicados en la enfermedad".
El equipo aisló células de la piel de cuatro esquizofrénicos. Utilizando las técnicas de reprogramación las convirtieron en células iPS (Célula madre pluripotente inducida), que se caracterizan porque se pueden transformar en cualquier tipo celular del organismo (ya sean neuronas, hepatocitos....) y las cultivaron para que se transformaran en neuronas. Esta técnica permite retroceder en el tiempo y llevar células adultas a un estado similar al de las células madre embrionarias.
Repitieron el mismo proceso con personas sanas y después, compararon las neuronas conseguidas de unos y otros. "Encontramos que las neuronas de los esquizofrénicos eran diferentes y se conectaban peor entre sí".
"Nadie sabe hasta qué punto los factores ambientales pueden contribuir al desarrollo de la esquizofrenia, pero al fabricar este modelo hemos podido sacar ese aspecto de la ecuación y centrarnos sólo en las causas genéticas y biológicas", indica Kristen Brennand, otra de las autoras.
Así, "identificamos casi 600 genes cuya actividad estaba mal regulada en las neuronas aisladas de los pacientes esquizofrénicos. El 25% de estos genes ya se habían relacionado con la enfermedad anteriormente, pero los otros no", dice Brennand. Para Gage, "esto demuestra claramente que la esquizofrenia es una enfermedad genética, que existe una disfunción neuronal que es independiente del ambiente".

Morbilidad y mortalidad



Se sabe que la esquizofrenia es una de las principales causas de discapacidad. En un estudio de 1999 de 14 países, la psicosis activa ocupa el tercer lugar después de la parálisis cerebral y la demencia, y por delante de la paraplejía y la ceguera.
Las personas con esquizofrenia tienen un riesgo de suicidio del 10%. La mortalidad también aumenta a causa de enfermedades médicas, debido a una combinación de estilos de vida poco saludables, los efectos secundarios de la medicación, y una baja calidad de atención sanitaria. Debido a estos factores, la esperanza de vida de estos pacientes es de 10 a 12 años inferior a la de la población sana (véase epígrafe sobre pronóstico).

Prevalencia mundial


La prevalencia de la esquizofrenia —la proporción de personas que es esperable que experimenten esta enfermedad en algún momento de sus vidas— se ha establecido alrededor del 1% de la población, con escasas variaciones entre los países. Sin embargo, una revisión sistemática de numerosos estudios encontró en 2002 una prevalencia de vida de 0,55%. Desde entonces, también se ha documentado una prevalencia menor de esquizofrenia en países en vías de desarrollo. El análisis de un total de 1.721 estimaciones de 188 estudios que abarcan 46 países, calculó la mediana de las estimaciones de prevalencia en 4,6 por 1.000 para la prevalencia puntual, definida como la prevalencia durante cualquier intervalo de menos de un mes; 3,3 para la prevalencia de período, definida como la prevalencia durante un período de 1 a 12 meses; 4,0 para la prevalencia de vida o la proporción de individuos en la población que alguna vez manifestará la enfermedad y que están vivos en un día determinado; y el 7,2 de cada 1.000 individuos para el riesgo mórbido de por vida, el cual intenta incluir toda la vida de una cohorte de nacimientos, tanto del pasado como del futuro, e incluye a los fallecidos en el momento de la encuesta. Estas cifras sugieren que el estimado de 0,5-1% para la prevalencia publicada en muchos libros de texto es una sobreestimación. El análisis sistemático de la realidad sugiere que es algo inferior, y los autores sugieren que es más preciso decir que alrededor de 7 a 8 por cada 1.000 personas se verán afectadas. Más aún, algunos estudios han demostrado que la prevalencia de la esquizofrenia varía dentro de los países y a nivel local y de suburbios.

Derechos del paciente psiquiátrico

El paciente puede necesitar ayuda de los profesionales de los programas terapéuticos residenciales, los administradores de programas de acogida temporal para las personas que se encuentran sin vivienda, los amigos o compañeros de vivienda, los profesionales que manejan el caso clínico, las autoridades religiosas de iglesias y sinagogas, así como de su familia. A menudo el paciente se resiste a recibir tratamiento, por lo general porque cree que no necesita tratamiento psiquiátrico y que los delirios o alucinaciones que experimenta son reales. A menudo es la familia o son los amigos los que deben tomar decisiones para que el enfermo sea evaluado por un profesional. Cuando otras personas tomen decisiones de tratamiento, los derechos civiles del enfermo deben ser tomados en consideración. El consentimiento informado es un derecho del paciente psiquiátrico establecido por la Declaración de la Asociación Mundial de Psiquiatría de Hawái en 1977 y la de la Asociación Médica Mundial de Lisboa en 1981.

Hay leyes que protegen a los pacientes contra el internamiento involuntario en hospitales. Estas leyes varían de país a país, pero fundamentalmente el paciente en pleno uso de sus facultades mentales puede negarse a realizar los procedimientos indicados, por escrito, ejerciendo su «derecho a vivir su enfermedad» o su «derecho a la enfermedad». Debido a las restricciones impuestas por la ley, la familia puede sentirse frustrada en sus esfuerzos de ayudar al enfermo mental grave. Generalmente la policía solo puede intervenir para que se realice una evaluación psiquiátrica de emergencia o sea hospitalizado cuando el estado del enfermo representa un peligro para sí mismo o para otros. Si el enfermo no va por su voluntad a recibir tratamiento, en algunas jurisdicciones, el personal de un centro de salud mental de la comunidad puede ir a su casa para evaluarlo.

Clasificación


Históricamente, la esquizofrenia en Occidente ha sido clasificada en simple, catatónica, hebefrénica o paranoide. El manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales contiene en la actualidad cinco tipos de esquizofrenia. Éstas son:
1. Tipo paranoide: predominan los sentimientos de persecución, delirio de grandeza y alucinaciones auditivas —el DSM exige que no haya desorganización en el lenguaje ni afectividad inapropiada o plana—.
2. Tipo desorganizado o hebefrénica: predomina el discurso y comportamiento desorganizado sin ningún propósito, así como una afectividad inapropiada o plana
3. Tipo catatónico: con importantes alteraciones psicomotoras tales como la flexibilidad cérea (como muñeco de cera); puede llegar hasta el estupor catatónico, conllevando a una incapacidad para cuidar de sus necesidades personales.
4. Tipo indiferenciado: hay síntomas psicóticos, pero no cumplen criterios para los tipos paranoide, desorganizado o catatónico.
5. Tipo residual: donde los síntomas positivos están presentes tan sólo a baja intensidad.

Prevención

·   Mantener la estructura y el equilibrio y comportamiento de las relaciones sociales
·   Evitación del consumo de drogas, estupefacientes y psicofármacos de un modo inadecuado.
·   Capacitación y apoyo técnico a agentes de salud mental
·   Sensibilización, información y educación indirecta Sensibilización, información y educación directa 
·   Reuniones intra e intersectoriales 
·   Reconocimiento temprano de condiciones riesgosas Talleres de aprendizaje de habilidades

Testimonio de una persona con trastorno esquizofrénico


Mis problemas comenzaron cuando tenía 12 años y sufrí una enfermedad mental. Tenía problemas para dormir y tenía un miedo constante de que algo malo iba a ocurrirme; por ejemplo que no podría volver a despertar. Siempre tenía pensamientos negativos en mi mente y era como si alguien los controlara. A veces incluso oía voces llamándome por mi nombre. Con el tiempo la enfermedad se descontroló y oscilaba entre estar mejor y realmente mal. A menudo me era imposible levantarme de la cama y estaba tan deprimida que me pasaba horas mirando la pared. Incluso llegué a pensar en tomar somníferos porque no quería seguir viviendo.
Todo esto continuó durante seis años y gradualmente empeoró y se convirtió en algo más serio. Mi mente me decía que yo era mala y horrible y que una pecadora como yo nunca sería perdonada por Dios. No tenía a nadie con quien hablar ya que la relación con mi familia no era buena. Siempre había sido una decepción y un problema para ellos. A sus ojos, todo lo que hacía era un error. Nadie quería relacionarse conmigo a ningún nivel, así que no tenía amigos ni nadie a quien recurrir.
Mi enfermedad alcanzó un punto en el cuál, durante la noche, empecé a ver figuras persiguiéndome y atacándome y pensaba que las personas de las fotos en la pared se volvían figuras satánicas. Una vez me encerré en mi habitación y grité durante toda la noche ya que temía que iba a morir. A la mañana siguiente mis padres me llevaron a un hospital psiquiátrico donde me encerraron. Temía a todos los miembros de mi familia y el hospital, donde me diagnosticaron con esquizofrenia, me aterraba aún más.
Me dieron un montón de potentes fármacos y me sujetaron a una cama. Las drogas tenían muchos efectos secundarios, como espasmos, convulsiones, temblores y la sensación de no sentir mi cuerpo. Estuve tomando este tratamiento unos diez días y cada vez que lo tomaba los efectos secundarios duraban unos 30 minutos. Todo esto empeoró mi vida aún más. Durante largo tiempo no pude moverme normalmente y estuve prácticamente paralizada, aunque todavía podía sentir dolor. Estaba en el hospital en contra de mi voluntad. Quería irme pero los juzgados decidieron cuanto tiempo debía quedarme. Nadie, ni mi familia ni el personal médico, me ofreció ningún apoyo. Ni siquiera me creían cuando les decía que tenía fuertes dolores. Cuando finalmente se me permitió salir del hospital tuve que continuar tomando potentes fármacos a diario y seguí viendo a un psiquiatra para controlar mi medicación.
Debido a mi enfermedad no pude acabar el colegio o continuar estudiando. Esto me impidió tener una carrera. Si no empezaba a trabajar mis padres me amenazaron con llevarme de nuevo a la clínica psiquiátrica y pedir a los abogados que me quitaran mis derechos, así que conseguí un trabajo a tiempo parcial como secretaria en una oficina. Esto fue un milagro, ya que normalmente nadie emplearía a una persona que ha estado en un hospital psiquiátrico. Durante el tiempo que trabajé allí, mi jefe empezó a hablarme sobre la Biblia y me dijo que Jesús sigue curando a la gente hoy en día. En mi corazón supe que eso era la verdad y fui con él a una reunión Cristiana. Sabía que si recibía al Espíritu Santo sería curada inmediatamente de todas mis dolencias. Tomé la decisión de consagrarme a Dios con todo mi corazón y cuando recibí al Espíritu Santo fui sanada por completo. Tiré toda mi medicación y no tuve en absoluto ningún síntoma de abstinencia.
Entonces fui capaz de conseguir un trabajo a tiempo completo como secretaria y comencé una vida completamente nueva. Ahora tengo un montón de amigos, especialmente en la asamblea, que me demuestran mucho amor y cariño y los amo profundamente. He viajado a Australia dos veces y estoy estudiando enfermería en la Universidad de Dundee. Espero que lo negativo de mi pasado me ayude a tener compasión por otros, ya que tengo la oportunidad de cambiar las cosas de una manera positiva. Mis padres también ven que ahora soy una persona diferente, llevando una vida normal. No ha habido ningún problema recurrente desde que me convertí al Cristianismo y mi vida es cada vez mejor y mejor. Hace seis años que estoy libre de mi enfermedad y pronto me graduaré como enfermera. Soy muy feliz por haber sido salvada y por pertenecer a esta asamblea que son realmente mi familia en Cristo.

Testimonio de una persona con trastorno esquizofrénico


Tengo 26 años y la esquizofrenia me la diagnosticaron a los 21. Mi comportamiento antes creo que era normal, pero un día empecé a sentirme raro. Todo empezó en el colegio, en octavo grado. No me gustaba ir a estudiar porque sentía que se burlaban de mí, que me la querían montar, que me ponían apodos. Un día un compañero fue a hablar con mi mamá para decirle que estaba preocupado por mí, que no me metía con nadie en el colegio, que me la pasaba aislado. Una profesora también se acercó a ella para contarle que yo miraba raro a las personas y que le había llamado la atención que un día yo había llegado a clase con la camisa completamente mojada. 

Mi mamá me quería matricular para noveno grado, pero yo le dije que mejor me cambiara de colegio porque ya no soportaba en el que estaba y que no sabía qué podría pasar si seguía ahí. Para esa época era exageradamente ordenado con mis cosas, no me gustaba que nadie las tocara y las desordenara. Cambié de colegio y seguían pasando cosas por mi cabeza. Veía figuras raras en mis manos, no me gustaba bañarme, llevaba el uniforme mal puesto. Me sacaron del colegio y me metieron a terapia psiquiátrica. Yo le contaba al doctor lo que pasaba por mi cabeza y el trataba de hacerme ver que todo era mental, nada real. 

En una época me sentí poseído por alguien. Había muñequitos que vivían en mi cabeza, me hablaban, me daban órdenes. Eso me desesperaba y me fue desgastando mental y físicamente, me fue destruyendo. Empecé a sentir que me entiesaba y me encogía, que mis huesos se descalcificaban y que el corazón se me expandía, como si me fuera a dar un infarto. A veces me arrodillaba y sentía que un corrientazo muy duro llegaba a mis pies. 

Voy al psiquiatra una vez al mes para mis sesiones de 45 minutos, aunque a veces no voy porque no me dan ganas de salir de la casa. Me quedo acostado o sentado al borde de la cama. A veces me orino con la ropa encima, aunque ese problema ya puedo controlarlo casi siempre. Nunca he estado internado, siempre en mi casa al cuidado de mi madre. Mi relación con ella es buena, ella es una persona desesperada que se angustia y se preocupa por mí. Ella no sabe qué hacer conmigo, cómo tratarme, siempre le cuento eso al médico. Dice que me la paso sentado con la cabeza agachada y haciendo movimientos raros. Esos movimientos los hago porque creo que me ayudan para mejorarme y recuperarme en la parte física. Con mi papá también tengo una buena relación; él es malgeniado, pero yo como hijo lo comprendo.

En general nunca me ha gustado bañarme. De chiquito mi mamá me bañaba, pero al hacerme grande ya no podía hacerlo sin que yo aceptara. Siempre me baño sentado, ya sea en una silla en el patio de la casa, o en un baño, pero sobre el inodoro, porque no me gusta estar de pie en la ducha. Me tengo que tomar tres pastillas todos los días para mantener la esquizofrenia a raya. Me la paso en la casa caminando como un robot, según dicen, y cuando me siento de ánimo salgo a dar una vuelta por el barrio. Nadie me acompaña, me dejan ir solo a dar mis paseos.

Francisco Arriaza Rodríguez

Puntual como un reloj, se levanta cada mañana a las seis. Ducha, afeitado, pastillas y rumbo al bar Tesón. Allí coloca las mesas y las sombrillas antes de que definitivamente salga el sol. A cambio, recibe una tostada, su café calentito y algún pitillo. Después, le toca ir a sus clases de informática y carpintería, al menos hasta que pase la crisis. También a él le ha afectado y ahora es otro parado más en la lista.
Así arranca la jornada de Francisco Arriaza Rodríguez, un sevillano de 43 años que tiene diagnosticada una esquizofrenia paranoide y, sin ceder al desaliento, lucha cada día para demostrarse a sí mismo y a los que le rodean que todo es posible.
Con ocasión del Día Mundial de la Salud Mental, Francisco habla sin complejos y con sencilla naturalidad de su enfermedad. En general, derrocha alegría y optimismo. Y lo hace incluso ahora que está un poco deprimido por no tener trabajo. Confía en sí mismo y en el currículum que va forjándose con las "pequeñas metas" que se ha propuesto: sacarse el Graduado Escolar, ir al gimnasio o apuntarse a la piscina.
Su primer brote psicótico lo tuvo cuando a los 22 años, mientras hacía la mili. "Tenía hepatitis y por eso llegaba siempre el último. Me pegaban y me daban patadas en el culo. A los siete meses, exploté de esa manera", cuenta Francisco. Desde ese día, la medicación, las terapias y su madre, María, han sido sus grandes aliados contra las alucinaciones, paranoias y depresiones que le provocan su dolencia.
Los hospitales y centros de salud cada vez están más alejados de su vida cotidiana. Desde hace ya tres años, no sufre ninguna crisis. Ahora esta mucho mejor que tiempo atrás. "Yo noto que me pongo mal porque creo que la gente me mira, me insulta y veo cosas raras. Después, pienso que no pasa nada, que todo es mentira. Me voy a mi casa, me tomo un tranquilizante y a dormir", explica orgulloso. "La enfermedad provoca una agresividad enorme, pero he aprendido a controlarla. Hay que ser muy valiente para no pelearse".

La mujer con trastornos esquizofrenicos

Algunos expertos creen que el sexo podría ser un factor importante en la enfermedad del trastorno esquizofrénico: 
·   Las mujeres con un primer episodio psicótico presentan en general un debut más tardío de la enfermedad que el hombre.
·   las mujeres con un primer episodio psicótico presentan en general un debut más tardío de la enfermedad, y tienen una probabilidad mayor de estar casadas o de vivir con su pareja e hijos. Además, en el caso de las mujeres es más común sufrir un estrés psicosocial de tipo agudo en el año previo al debut de su enfermedad.
·   en la medición del ajuste pro mórbido o estado anterior a la enfermedad, las mujeres obtienen mejores resultados en general y con respecto a la adolescencia tardía y la edad adulta. Es decir, en su vida anterior a la aparición de los primeros síntomas, cumplen más adecuadamente con las expectativas acordes a cada franja de edad.

Manifestación en los niños


Los niños con esquizofrenia también muestran evidencias de trastornos del pensamiento. En comparación con los niños normales, aquellos con esquizofrenia tienen tres déficits característicos de comunicación: incapacidad asociativa, pensamiento ilógico y discurso deteriorado. De todos modos hay que evitar confundir el pensamiento mágico, los amigos imaginarios, etc, que son totalmente normales en los niños, con el pensamiento ilógico. Los niveles de incoherencia y pobreza de contenido de lenguaje son altos, pero hay que saber diferencias las alteraciones de pensamiento psicótico con el nivel de desarrollo o retraso de un niño para un buen diagnostico.

Fases del trastorno esquizofrénico 2


 ·   Fase de recuperación
Esta le sigue a la fase aguda, cuando la psicosis comienza a remitir. Esta fase a menudo tiene algunos síntomas psicóticos negativos y también puede estar asociada a la confusión, desorganización y/o disforia. Puede persistir sintomatología positiva, así como desarrollar una depresión post esquizofrenia
·   Fase residual
Durante esta fase los síntomas psicóticos positivos son mínimos. Sin embargo, los pacientes tienen síntomas negativos, es decir, renuncia social, apatía, falta de motivación, aplanamiento efectivo y anhedonia.
·   Deterioro crónico
Algunos pacientes permanecen crónicamente síntomas aunque hayan tenido un tratamiento adecuado. Estos pacientes son, generalmente, los más deteriorados 

Fases del trastorno esquizofrénico 1

·   Fase prodrómica
Antes de desarrollar los síntomas psicóticos claros, la mayoría de los individuos experimentan algún periodo de deterioro de funciones, que pueden incluir aislamiento social, preocupaciones propias o ajenas, comportamientos inusuales, disforia, alteración del sueño y el apetito, disminución del rendimiento académico y/o dejadez en el autocuidado. Estos cambios pueden asociarse a veces a trastornos de conducta o abusos de sustancias, lo que puede complicar el diagnostico. Sin embargo, aunque estos signos sean los que llamen la atención, los síntomas psicóticos deben estar presentes para poder hacer el diagnóstico de esquizofrenia. Esta etapa puede variar desde un periodo agudo (días o semanas) o hasta un período crónico (días o años).
·   Fase aguda
Esta es la fase en la que los pacientes a menudo aparecen y esta denominada por síntomas psicóticos positivos (alucinaciones, ideas delirantes, desorden de pensamiento formal, comportamiento psicótico extraño) y deterioro funcional. Generalmente, dura entre 1 a 6 meses, o más, dependiendo en parte de la respuesta al tratamiento. 

Lionel Aldridge



Nació el 14 de febrero de año 1941 y murió el 12 de febrero de 1998. Comenzó su carrera como jugador de football americano en 1963 y jugo en la NFL por 11 años. Jugo en tres temporadas de la NFL y llego a la final en varias ocasiones. 
Luego de retirarse de su carrera como jugador, trabajo como analista de deportes en Milwaukee y para la NBC. Posterior a esto, fue diagnosticado de esquizofrenia. No tuvo hogar por un tiempo debido al diagnostico erróneo que le habían dado, pero después de un tiempo volvió a encontrar un equilibrio. Lionel fue un defensor de la gente que no tenía hogar y de la gente con enfermedades mentales, hasta que murió en 1998.


Vincent Van Gogh

http://youtu.be/OliDM20oH6o

Diagnóstico



El diagnóstico de la esquizofrenia se basa en la cuidadosa observación de signos y síntomas, en la exploración metódica de las vivencias de una persona, y en la acumulación de antecedentes desde todas las fuentes posibles: familia, amigos, vecinos, trabajo. No existen pruebas de laboratorio ni exámenes de imágenes que ayuden a establecer el diagnóstico, como no sea para descartar otras patologías.

Se han propuesto varios criterios a lo largo del siglo XX, dependiendo del variable concepto que se tenga de la esquizofrenia. Actualmente existen dos manuales de criterios diagnósticos que, en lo esencial, son muy similares, y tienen por objeto tanto permitir un registro estadístico más o menos confiable, como mejorar la comunicación entre profesionales. Sin embargo en la práctica clínica, las personas esquizofrénicas tienen una riqueza sintomática que excede largamente el contenido de los manuales, y hay una gran variedad de cuadros que pueden estar a medio camino de las categorías nosológicas contenidas en ellos. Estos manuales son el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM) de la Asociación Americana de Psiquiatría y la Clasificación internacional de las enfermedades (CIE) de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Las versiones más recientes son CIE-10 y DSM-IV-TR.

jueves, 1 de noviembre de 2012

Comprender la esquizofrenia

http://youtu.be/d0SUW9BblNw

John Forbes Nash Jr.


John Forbes Nash Jr. (Bluefield, 13 de junio de 1928) es un matemático estadounidense que recibió el Premio Nobel de Economía en 1994 por sus aportes a la teoría de juegos y los procesos de negociación, junto a Reinhard Selten y John Harsanyi. La película Una mente maravillosa (2001) está basada en su vida.

En 1987 John con una alumna suya del MIT, la salvadoreña Alicia Lardé. Un año después de su matrimonio se le diagnosticó esquizofrenia y todo cambió. Tras estar internado durante cincuenta días en el hospital McLean, viajó a Europa, donde intentó conseguir el estatus de refugiado político. Creía que era perseguido por «criptocomunistas» (mafia rusa). Estuvo hospitalizado en varias ocasiones por períodos de cinco a ocho meses en centros psiquiátricos de Nueva Jersey y salió creyendo que se había curado, hasta que decidió suspender el medicamento lo que causo la reaparicion de las alucinaciones. A punto de ser internado nuevamente, se dio cuenta que la alucinaciones no eran reales por lo que usando la teoria de todo problema tiene una solucion decidio resolver por su cuenta su problema psicologico y asi con el paso del tiempo tuvo que aprender a vivir junto con sus alucinaciones, ignorándolas por completo.

Tipos de esquizofrenia



  • Esquizofrenia paranoide: es el subtipo más frecuente. Predominan las ideas delirantes de persecución o de perjuicio de otras personas hacia el paciente.



  • Esquizofrenia hebefrénica: en ella predominan las alteraciones en las emociones. Son características las manifestaciones de lo que se denomina «incongruencia» emocional; por ejemplo, el paciente se ríe sin motivo aparente. Su comienzo es más precoz que la anterior y más grave.



  • Esquizofrenia catatónica: se caracteriza por alteraciones motores, generalmente inmovilidad persistente, aunque puede alternar con crisis de agitación, o puede presentar movimientos repetitivos. Suele responder mejor al tratamiento.



  • Esquizofrenia indiferenciada: cuando una esquizofrenia no reúne los criterios de los subtipos anteriores o presenta varios de ellos se le llama indiferenciada.

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    Desarrollo social del esquizofrenico

    La esquizofrenia sin síntomas negativos se ha relacionado a menudo con un buen ajuste social entre las crisis. Los pacientes con esquizofrenia tienen una alta tasa de abuso de sustancias, y los que consumen drogas tienen sus primeras hospitalizaciones a edades más tempranas, tienen hospitalizaciones más frecuentes y tienen más disfunción en sus relaciones interpersonales y familiares. La fuerza del cometido de los pacientes a sus ilusiones es directamente proporcional a la probabilidad de que sea reingresado a un centro asistencial e inversamente proporcional a su resiliencia.
    Algunos pacientes se vuelven tan psicóticos y desorganizados que no pueden satisfacer sus necesidades básicas, tales como resolución de problemas, establecer y alcanzar metas futuras, proveer su propia vivienda, comida, vestido y pueden requerir un mayor apoyo para mantener su independencia. Este tipo de pacientes tienen una mayor probabilidad de comportamiento agresivo que aquellos con menos síntomas psicóticos. Los pacientes con esquizofrenia también tienen una tasa disminuida de matrimonio y aumentada de divorcios.
    A menudo, aunque en una proporción menor, las personas con enfermedades mentales graves, como la esquizofrenia, se encuentran en precariedad y no reciben el tratamiento que necesitan. No obstante otros terminan curándose, como es el caso de John Forbes Nash, o bien recibiendo tratamiento médico alternativo a los fármacos con lo que consiguen alcanzar una mejor calidad de vida y superar obstáculos y limitaciones.

    Antipsicóticos

    Los antipsicóticos son los fármacos de primera línea utilizados en el tratamiento de la esquizofrenia y de las enfermedades relacionadas con ella. Inicialmente se llamaron tranquilizantes mayores o neurolépticos, en oposición a los «tranquilizantes menores», conocidos ahora como ansiolíticos, por su capacidad para producir determinados efectos secundarios neurológicos. En los últimos años el término «antipsicótico», que hace referencia a su acción terapéutica, se utiliza de forma casi universal.

    -Antipsicóticos típicos
    Algunos antipsicóticos clásicos o típicos son el haloperidol, la clorpromazina y la flufenacina. El mecanismo de acción de este grupo de medicamentos no está por completo aclarado; el bloqueo dopaminérgico parece importante para el control de los síntomas psicóticos (alucinaciones y delirios), pero no todos los pacientes responden igual ni todos los síntomas mejoran de la misma forma.

    -Antipsicóticos atípicos
    Los principales antipsicóticos atípicos modernos son la clozapina, la olanzapina y la risperidona, esta última se presenta también en formulación depot para facilitar la adecuada cumplimentación terapéutica. El efecto benéfico de los antipsicóticos atípicos sobre los síntomas negativos sigue siendo controvertido.

               

    Causas de la esquizofrenia

    Los principales factores implicados en la aparición y desarrollo de esta enfermedad son:

    -Predisposición genética: la presencia de la enfermedad en los padres o familiares cercanos (tíos, primos, abuelos, etcétera) es un factor que incrementa la posibilidad de aparición en los hijos.

    -Alteraciones durante el embarazo o nacimiento: anoxia (falta de oxígeno en el feto durante el embarazo o el parto), infecciones víricas, traumatismos, etcétera.

    -Alteraciones morfológicas, funcionales o bioquímicas en el cerebro: en este apartado juega un papel fundamental el consumo habitual de sustancias tóxicas y la exposición a determinados tóxicos y estresantes ambientales. Están especialmente involucradas dos sustancias implicadas en la comunicación entre neuronas a nivel del cerebro. Se trata de la dopamina y la serotonina.

    -Incumplimiento del tratamiento una vez diagnosticada la enfermedad: supone un alto riesgo de aparición de recaídas.

    Cuadro Clínico 2

    Muchos modelos que caracterizan los síntomas de la esquizofrenia incluyen dos cuadros sindrómicos constantes, los síntomas positivos y los síntomas negativos:

    -Sintomas positivos:
    Alucinaciones
    Delirios
    Pensamientos desordenados
    Agitación


    -Sintomas negativos:
    Falta de motivación
    Retraimiento social
    Apatía
    Insesivilidad emocional

    Cuadro Clínico

    No existe un signo o síntoma que sea patognomónico de la esquizofrenia. Es una enfermedad que se presenta con una variedad de síntomas a tal punto que se manejan diferentes formas de agruparlos basados en el elemento clínico esencial de cada categoría. La definición actual de las psicosis obliga a que los síntomas de la esquizofrenia estén presentes durante al menos un mes en un período de al menos seis meses Una psicosis de tipo esquizofrénica de menor duración se suele denominar trastorno esquizofreniforme La esquizofrenia suele presentarse por primera vez en la adolescencia o juventud temprana; es más precoz en los hombres que en las mujeres, y tiene en ellos un curso más deteriorante. Muchas veces es una condición que persiste toda la vida de una persona, pero también hay quienes se recuperan de ella. Los prejuicios cognitivos identificados en personas esquizofrénicas, o con riesgo de esquizofrenia (especialmente cuando están bajo estrés o en situaciones confusas), incluyen: demasiada atención a posibles amenazas, el saltar a conclusiones, hacer atribuciones externas, problemas de razonamiento acerca de situaciones sociales y estados mentales, la dificultad para distinguir el discurso interior del de una fuente externa, y dificultades con los principios de procesamiento visual y de mantener la concentración. Algunas características cognitivas reflejan un déficit neurocognitivo global en la memoria, la atención, la capacidad para resolver problemas o la cognición social, mientras que otros pueden estar relacionados con situaciones y experiencias particulares.

            

    ¿Que es la esquizofrenia?


    La esquizofrenia es una enfermedad mental de tipo crónica, que se caracteriza por presentar una alteración en la percepción del mundo real, afectando los pensamientos, las emociones y la conducta. El término proviene del griego schizo: división y phrenos: mente. Por este origen etimológico, es que en la cultura popular se le suele asociar a los trastornos disociativos de la personalidad, pero esto es un error, y la esquizofrenia en realidad se refiere a un grupo de trastornos, con diversas posibilidades sintomatologías.

    La esquizofrenia causa además una mutación sostenida de varios aspectos del funcionamiento psíquico del individuo, principalmente de la conciencia de realidad, y una desorganización neuropsicológica más o menos compleja, en especial de las funciones ejecutivas, que lleva a una dificultad para mantener conductas motivadas y dirigidas a metas, y una significativa disfunción social.